Después de un día complicado en lo referente a dolores musculares, uno ya va asimilando lo que ha conseguido. Todos los entrenamientos en días de frío, lluvia o incluso calor han merecido mucho la pena. He disfrutado como un niño con zapatos nuevo. Ha sido mi mejor carrera con diferencia y en la que más me he divertido, he sabido saborear cada kilómetro y por ello creo que no se me ha hecho eterna, Comenzamos la carrera con una temperatura perfecta (13º), apetecía correr por que sino tenías hasta frío. Las vueltas por el Parque Grande se hicieron algo aburridas y ya en el kilómetro 14 empezabas a encarar todo el tramo de ciudad. La bajada por el Paseo de Cuellar te adentraba ya en la larga serpiente por recorrer y comenzaban los avituallamientos que no podías dejar pasar como antes había hecho. Estoy acostumbrado a no tomar nada hasta pasada la hora y esta vez aguante hasta el kilómetro 15 donde teníamos bebida isotónica que entro verdaderamente bien. Pasamos por Tenor Fleta, Aveni...