Dos meses largos sin aparecer por aquí. Como se puede ver, he dejado a un lado las locuras del triatlón y las carreras de larga distancia. Realmente necesitaba una pausa. Una pausa para encontrarme a mi mismo después de todo lo que me ocurrió tras la Maratón de Zaragoza. Una temporada mala, la peor de mí vida, en lo personal y en lo deportivo. Por suerte, todo salió bien, costó pero pasó. Y en lo deportivo, necesitaba parar. Parar y volver a empezar. El Ironman fue una experiencia inolvidable que siempre contaré a mis futuros hijos y nietos. Algo que llevaré siempre en mi cabeza y de lo que me siento muy orgulloso. Y la verdad es que cuando terminas un Ironman pueden sucederte dos cosas. La primera, que te enganche y quieras hacer muchos más y la segunda, que es la mía, que lo dejes. Esto puede pasar por varias razones. Que te queme todo el entrenamiento que eso conlleva y lo aborrezcas o que descubras una vida que antes no tenías. Y entonces encuentras otro sentido a tu vida, ...