Hoy quiero empezar mi post con esta imagen. Motivación en estado puro. La observo y me veo a mi mismo. Me veo reflejado cuando pienso en lo que voy hacer próximamente y sinceramente, me asusta mucho. Si no lo hiciera, no sería lo suficientemente grande. ¡¡A por ello!!
La semana llega a su ecuador y empiezo a coger la rutina de entrenamiento diario. Llevo dos días entrenando y ya he podido sentir el dolor de tener la pierna cargada. Y la verdad es que no he entrenado mucho. Una sesión de carrera a ritmo de 5 min el kilómetro y ver en que estado se encuentra mi rodilla. Solo fueron 6 kilómetros, y la verdad, los aguante mejor muscularmente que físicamente. Durante esa media hora, ni rastro del dolor de rodilla. Lo que si que me dio mal fue el pecho. Tal vez porque hacia calor o porque llevaba días que no corría a mi ritmo. La realidad es que estoy a años luz de poder aguantar una maratón a ese ritmo. Queda un mes por delante y hay que trabajar mucho.
Cuando llegue a casa, en este caso a casa de mis padres, me puse hielo en la rodilla lesionada un buen rato para evitar que se hinchara. Esta vez no me la juego, voy a ser aplicado y voy hacer lo que marcan los cánones del deporte.
Prontito a la cama y a pensar en la reunión que había tenido por la mañana. Esa noche me acostaba muy feliz deportivamente hablando.
La reunión fue muy bien. Mejor de lo esperado. El proyecto gustó y por lo visto, es muy diferente a todo lo que han tenido entre manos esta asociación. La semana que viene, última reunión y ya sabré si podemos llevar a cabo el proyecto.
¡ Que ganas tengo de anunciarlo !
El martes me levante bastante cargado del cuadriceps derecho. Solo esa pierna, la de la lesión. No se por que pero solo ahí. Un poco de auto masaje y a trabajar.
Durante el día llegue a la conclusión de que era mejor no correr ese día. Ir al gimnasio a entrenar un poco la fuerza sería lo más inteligente viendo mi estado.
Unos pocos ejercicios de tren inferior, brazos y sobre todo, algo de pecho y hombro ya que va a tocar ganar un poco de ahí. Voy a tener que aprender a correr con peso en la espalda. Y ya, no adelanto más que se me calienta la boca.
Por cierto, desde que descubrí en rehabilitación el trabajo de fuerza con tu propio peso y las gomas, me he aficionado a el y noto mejoras en la musculatura. Parece interesante, seguiré probándolo.


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